Versatilidad del colgajo de Limberg en el
cierre de defectos cutáneos
Versatility of the Limberg flap in the closure of skin
defects
Fabricio Ernesto Anchundia García
Médico general, Hospital General Guasmo Sur,
feanchundiag@gmail.com, https://orcid.org/0000-
0001-5232-3504
Allison Valeria López Rosel
Médico general, Centro de salud Las Naves-
Bolívar,allisonlopezrosel@gmail.com,
https://orcid.org/0000-0001-9637-0273
Adriana Maribel Guaya Iriarte
Médico general, Centro de Salud Tipo B Paquisha-
Zamora Chinchipe, adrianaguaya@gmail.com,
https://orcid.org/0000-0001-8837-4135
Diana Elizabeth Taipe Topón
Médico general, Centro de Salud Isinliví tipo A-
Cotopaxi, dianyelyzz@gmail.com,
https://orcid.org/0000-0002-6949-6310
Guayaquil - Ecuador
http://www.jah-journal.com/index.php/jah
Journal of American health
Julio - Diciembre vol. 4. Num. 2 – 2021
95-109
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
RECIBIDO: 29 DE JULIO 2020
ACEPTADO:14 DE FEBRERO 2021
PUBLICADO: 4 DE JULIO
RESUMEN
Los defectos cutáneos pueden deberse a
traumatismos, infecciones, enfermedades
crónicas, mala cicatrización o resecciones
quirúrgicas. Tradicionalmente, el concepto
de escalera reconstructiva sugiere que el
cierre primario y el injerto de piel deben
considerarse en primer lugar en la
reconstrucción de tales defectos. Sin
embargo, estas técnicas pueden conducir a
una mayor probabilidad de dehiscencia,
distorsión de estructuras clave, resultados
cosméticos deficientes y una aceptación del
injerto menor que la total. Para superar
estas limitaciones, se han desarrollado
varios colgajos cutáneos locales y técnicas
de reordenamiento de tejidos, incluido el
colgajo romboide. Este colgajo se diseña
rápida y fácilmente, no requiere
instrumentos especiales y proporciona un
excelente contorno, textura, grosor,
combinación de colores, buena estética a
largo plazo y alta satisfacción del
paciente. subaracnoidea por un aneurisma
roto es uno de los más mortales, con una
letalidad significativa. El objetivo de este
estudio es actualizar los referentes teóricos
del colgajo de Limberg sobre indicaciones,
modificaciones, versatilidad y aplicaciones
en las diferentes especialidades. Se realizó
una búsqueda sistemática de
investigaciones recientes en bases de datos
de Elsevier, Pubmed y Scielo de articulos
publicados entre el 2010 al 2020 de idioma
inglés y español.
Palabras clave: colgajo de Limberg, colgajos
romboidales, colgajos cutáneos.
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ABSTRACT
Skin defects can be due to trauma,
infection, chronic disease, poor healing, or
surgical resections. Traditionally, the
concept of the reconstructive ladder
suggests that primary closure and skin
grafting should be considered first in the
reconstruction of such defects. However,
these techniques can lead to a higher
likelihood of dehiscence, distortion of key
structures, poor cosmetic results, and less
than total graft acceptance. To overcome
these limitations, several local skin flaps
and tissue rearrangement techniques have
been developed, including the rhomboid
flap. This flap is quickly and easily designed,
requires no special instruments, and
provides excellent contour, texture,
thickness, color matching, good long-term
esthetics, and high patient satisfaction.
Subarachnoid aneurysm from a ruptured
aneurysm is one of the most deadly, with
significant fatality. The objective of this
study is to update the theoretical
references of the Limberg flap on
indications, modifications, versatility and
applications in the different specialties. A
systematic search of recent research was
carried out in Elsevier, Pubmed and Scielo
databases of articles published between
2010 and 2020 in English and Spanish.
Key words: Limberg flap, rhomboid flaps,
skin flaps.
.
INTRODUCCIÓN
El concepto de "escalera reconstructiva" tiene su origen en los textos médicos del antiguo
Egipto que se escribieron en algún momento entre el 2600 y el 2200 a. C. El principio sugiere
que la técnica más simple y efectiva debe considerarse en primer lugar en la reconstrucción. Sin
embargo, un número considerable de casos no son elegibles para el cierre primario y en
ocasiones, el cierre primario o las técnicas de injerto pueden aumentar la probabilidad de
dehiscencia, distorsión de estructuras clave, resultados estéticos deficientes o una aceptación
del injerto menor que la total (1,2,3). En estas situaciones, los colgajos locales con la
flexibilidad, textura y color combinados se convierten en la mejor opción. Aunque el tamaño
del defecto es un factor limitante, la textura, la flexibilidad y el color de un colgajo local
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favorecen su uso. Entre estos colgajos, un colgajo romboidal es una opción versátil para la
reconstrucción.
Alexander Alexandrovich Limberg fue un destacado cirujano que contribuyó en gran medida a
la práctica moderna de la cirugía plástica. Definió el colgajo romboidal y presentó sus estudios
en inglés en 1963 (3). Un colgajo romboide tiene bordes iguales con ángulos opuestos de 120°
y 60°. Cualquier defecto que se pueda proyectar en forma romboidal se puede reconstruir con
un colgajo de Limberg. En teoría, son posibles cuatro opciones de colgajo individuales para
cualquier defecto. Sin embargo, el cirujano debe elegir el más adecuado. La laxitud de la piel
en el área donante determina el colgajo preferido.
En 1962, Claude Dufourmentel modificó el colgajo romboide. En su diseño, el borde distal del
colgajo se coloca en la línea que biseca el ángulo entre la diagonal corta del defecto romboide
y su lado adyacente; el ángulo agudo del colgajo sigue siendo de 60 °. Esta modificación amplía
el ancho del pedículo y aumenta la seguridad del colgajo (4). Webster describió otra
modificación que combinaba un colgajo de transposición de 30 ° con una plastia en M para
reparar defectos romboidales (5).
Los colgajos romboides se pueden utilizar en cualquier lugar, sin ninguna limitación que se deba
a la etiología del defecto, la edad u otros factores del paciente. La resección del tumor es el
factor etiológico principal de este colgajo y su uso para los cánceres de piel se da con mayor
frecuencia en las regiones de la cabeza y el cuello. Además, se han realizado esfuerzos para
utilizar este colgajo en la reconstrucción manual, la reconstrucción mamaria y la resección y
reconstrucción del seno pilonidal.
En los casi 100 años desde su primera descripción, se han reportado varios refinamientos
incluyendo la modificación “diamante”, la modificación Dufourmental con un pedículo más
ancho y la modificación Quaba para cubrir defectos circulares. Los colgajos romboides se han
descrito con éxito en la reconstrucción de la cabeza y el cuello, la reconstrucción mamaria y la
reconstrucción del seno pilonidal. El objetivo de este trabajo fue hacer una revisión completa
de la literatura actual sobre las indicaciones, aplicaciones, técnicas y resultados del colgajo de
Limberg.
MATERIALES Y MÉTODOS
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Como estrategia de búsqueda se identificó literatura relevante en las bases de datos
electrónicas de PubMed, MEDLINE, Elsevier y Scielo. Se utilizaron palabras clave y sinónimos
relacionados que incluyeron: colgajo de Limberg, colgajos romboidales, colgajos
cutáneos. Todos los sinónimos se combinaron con el comando booleano AND y se vincularon
con el comando booleano OR. Se identificaron artículos de revistas sin restricción de idioma y
con fecha de publicación del 1 de enero del 2010 al 31 de abril del 2021, excepto aquellos que
son de referencia histórica.
RESULTADOS
Los defectos cutáneos faciales de tamaño no crítico se reconstruyen con colgajos locales, que
se hacen avanzar, rotar o trasponer al área. Entre estos colgajos locales, el colgajo romboide
de Limberg es un colgajo de transposición simple con diseño geométrico aleatorio. Sigue los
principios del diseño del colgajo, conservando su vascularización del miembro conectado de
ancho adecuado, con una composición tisular similar a la de la región extirpada (1,2).
Los colgajos rómbicos son colgajos de transposición local geométrica y ofrecen una versatilidad
significativa dentro de la cirugía reconstructiva. Este colgajo se usa con mayor frecuencia para
rellenar defectos de cáncer de piel en la región de la cabeza y el cuello. Si bien se han informado
resultados exitosos en una variedad de ubicaciones anatómicas y defectos patológicos como
en la espina bífida, contracturas por quemaduras, senos pilonidales crónicos, reconstrucción
de la mano y del seno (3). Este colgajo aprovecha la laxitud de la piel adyacente al defecto para
permitir la transposición de tejido con características similares al tejido extirpado. Esto puede
permitir una estética superior en comparación con la reconstrucción con injerto de piel.
El término 'rombo' se deriva de la geometría euclidiana, que describe una forma de
cuadrilátero con ángulos agudos y obtusos opuestos, mientras que el término 'romboide'
denota un paralelogramo (3). Por tanto, el término "rómbico" se utiliza con mayor precisión
para describir colgajos que se asemejan a un rombo, mientras que "romboides" para los que
se asemejan a un romboide o un paralelogramo. El colgajo rómbico fue descrito por primera
vez por el cirujano ruso Alexander Limberg en 1945 y publicado en inglés en 1966. El colgajo se
definió por una característica forma de rombo cuadrilátero, lo que permite la transposición en
defectos cutáneos diseñados con una forma correspondiente (4).
Diseño del colgajo
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El diseño es un paralelogramo con dos ángulos de 120 ° y dos ángulos de 60 °. Todos los lados
son iguales y, por lo general, se pueden levantar cuatro solapas de un romboide. El colgajo
romboide es un colgajo de piel y tejido subcutáneo que se rota alrededor de un punto de
pivote, X, en un defecto adyacente. La técnica de elevación es sencilla (2). El pedículo del
colgajo mantiene los plexos vasculares subpapilares y subdérmicos para proporcionar
resultados superiores en comparación con los injertos de piel de tamaño y ubicación
similares. Los colgajos romboides de mayor tamaño pueden depender del suministro vascular
de las perforantes. Una reducción de la tensión en el colgajo disminuye la probabilidad de
necrosis del tejido del donante. La solapa debe colocarse en la dirección de mínima tensión y
máxima extensibilidad (4). La colocación de incisiones paralelas a las líneas de tensión de la piel
relajadas (RSTL) permite que la cicatriz resultante caiga dentro de los pliegues de la piel a lo
largo de la línea de máxima extensibilidad y da como resultado una cicatriz más estrecha.
Figura 1. Diseño de colgajo de Limberg clásico
Evaluación del colgajo
Un defecto cutáneo puede ser secundario a un traumatismo, una herida crónica, una herida
que no cicatriza, una infección, la formación de una cicatriz o la eliminación de una lesión
cutánea. Es importante asegurarse de que el estado de salud general del paciente sea óptimo,
especialmente los parámetros nutricionales y el control de la glucosa (3,5). La ausencia de
exposición a la nicotina es ideal. Los bordes de la piel deben desbridarse si es necesario para
lograr una buena vascularización. La aplicación de este colgajo ha sido descrita en casi todas
las partes del cuerpo con extrema seguridad y buen resultado cosmético. Tradicionalmente, los
colgajos romboides se han utilizado de forma segura para reconstruir defectos cutáneos de
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tamaño pequeño a moderado. Sin embargo, los autores han presentado varios casos en los que
se han reconstruido con éxito defectos de muy gran tamaño con colgajos romboides.
Técnica operatoria
Independientemente del tamaño, la ubicación o la etiología del defecto, el defecto se preparó
de la siguiente manera. Una línea diagonal que biseca el ángulo de 120 ° se alargó fuera del
defecto en el tejido vecino con la misma longitud que la diagonal. A continuación, sobre la base
de la laxitud de la piel alrededor del defecto, elegimos un área donante que podría cerrarse
principalmente sin tensión y daría como resultado una cicatriz paralela a las líneas de tensión
de la piel (1-3,6). Luego, se trazó una línea paralela al lado del defecto que era tan larga como
la longitud del defecto.
Después de la planificación, se elevó el colgajo y se traspuso sobre el defecto. Los puntos D ', E
y F del colgajo correspondieron a los puntos B, A y D del defecto, respectivamente. Una vez
lograda la hemostasia, se colocó un drenaje de penrose debajo del colgajo y el área donante
(5,6). Según la ubicación y el tamaño del defecto, los tejidos subcutáneos y la piel se suturaron
con hilo de sutura del tamaño adecuado.
Indicaciones
A diferencia de otros colgajos locales, el colgajo romboide se puede utilizar en prácticamente
cualquier defecto de tamaño y en cualquier parte del cuerpo. Borges ha sugerido que, en las
reconstrucciones faciales, los colgajos son preferibles al cierre primario y/o al injerto incluso
para lesiones pequeñas. Este colgajo se ha descrito en ambos sexos, todas las etnias y en todos
los rangos de edad (5). Se ha utilizado ampliamente en la reconstrucción facial, mamaria, de
tronco, de manos, párpados y perianal. No existe ninguna limitación basada en la etiología del
defecto, la edad o la mayoría de los factores del paciente. El defecto cutáneo que queda
después de la resección del tumor sigue siendo el factor etiológico principal para la
consideración de este colgajo (7).
Chasmar proporcionó ejemplos de su aplicación en defectos del párpado, piso de la nariz, borde
alar, mentón causado por cáncer de piel, lupus, acné quístico y espina bífida. Álvarez et
al. informa que la cara es la localización más tratada, seguida de la región lumbosacra, dorsal,
inguinoescrotal, tórax, hombro y región supraclavicular (7). Otros estudios muestran evidencia
del éxito de los colgajos romboides en la reconstrucción del muslo, miembro superior, miembro
inferior, tronco y área pilonidal. La familiaridad con esta técnica probablemente ampliará su
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aplicabilidad para todos los médicos (4,5,78). Es imperativo que el procedimiento se deba
comentar en detalle con cada paciente, incluido el tamaño y la apariencia de la cicatriz
potencial y el curso postoperatorio típico. Debe obtenerse y documentarse un consentimiento
informado firmado.
Contraindicaciones
Aunque se ha descubierto que el colgajo romboidal es muy versátil, hay casos en los que se
debe considerar un diseño de colgajo diferente. La principal limitación se encuentra en
pacientes con un índice de masa corporal más bajo y con menos piel disponible. Esto se basa
principalmente en la relativa falta de tejido adyacente a los defectos cutáneos. Por ejemplo,
para defectos nasales relativamente más grandes, puede ser preferible un diseño de colgajo
bilobulado (1). Para reconstruir defectos muy grandes, se pueden movilizar los márgenes del
defecto para reducir el tamaño total. Además, se pueden considerar múltiples colgajos
romboides más pequeños. También existen otras opciones como la solapa trapezoidal. Sin
embargo, el gran tamaño del defecto es una contraindicación relativa, ya que los autores han
publicado informes de casos en la literatura en los que se reconstruyeron con éxito defectos
de tronco muy grandes con un diseño de colgajo romboide (3,6,7). Los factores del paciente,
como la exposición a la nicotina y la diabetes mal controlada, también son contraindicaciones
relativas.
Consideraciones quirúrgicas
Los colgajos romboides se utilizan en varias regiones anatómicas de todo el cuerpo, lo que lo
convierte en un colgajo extremadamente versátil dada su capacidad para reconstruir defectos
con tejidos similares de textura y color. Se ha demostrado que es muy útil en defectos de
quistes pilonidales. Sin embargo, todavía se usa con mayor frecuencia en las regiones de la
cara, la cabeza y el cuello (8). Para el cirujano maxilofacial, el colgajo romboide tiene un gran
uso en las regiones temporal, periocular, puente nasal, mejillas / áreas malares, mentón y
cuello. El estado patológico, la resección adecuada de los márgenes, el diámetro de la lesión,
la orientación de la cicatriz, el área de máxima tensión al cierre, la laxitud de la piel y las
opciones reconstructivas futuras (si es necesario) son consideraciones importantes en
cualquier reconstrucción con colgajo local (9).
La escalera reconstructiva parte de la intención secundaria a la transferencia de tejido libre con
el papel de los colgajos locales o pediculados elegidos como una opción para defectos
pequeños a medianos, que son estéticamente susceptibles de cierre. Los rellenos, los
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medicamentos quimioterapéuticos, los láseres, los modificadores de cicatrices como la
dermoabrasión y la microaguja son ayudas reconstructivas complementarias adicionales para
corregir las deformidades de las orejas de perro (10).
Consideraciones anestésicas
Las consideraciones vitales para una evaluación anestésica incluyen el historial médico del
paciente, las alergias a los medicamentos, los antecedentes familiares y el cumplimiento
durante el procedimiento. La mayoría de los colgajos de transposición son susceptibles de
anestesia local y regional con o sin sedación. La anestesia general es ciertamente una
consideración para la ejecución quirúrgica en un defecto anatómicamente complejo, mala
tolerancia al dolor, etc (10).
Variaciones comunes del colgajo de Limberg
Claude Dufourmental modificó el diseño del colgajo rómbico de Limberg en 1962, describiendo
el cierre de los defectos con un ángulo de colgajo más agudo que permite una mayor
flexibilidad y facilidad de cierre (1). En primer lugar, al diseñar el defecto (Figura 2), el ángulo
agudo (alfa) puede tener un rango de 60 a 75 grados. El colgajo en se diseña alineando la
primera incisión (CE) como la bisección del ángulo entre la línea del eje diagonal corto del
defecto en rombo (AC) y la línea de su lado adyacente (DC) (2). El ángulo del colgajo (beta)
puede igualar al ángulo del defecto (alfa) o disminuir si es necesario, lo que permite una mayor
flexibilidad. Los defensores afirman superioridad sobre el colgajo de Limberg en términos de
mejor suministro de sangre y facilidad de cierre del sitio donante mediante el uso de un ancho
de pedículo más amplio y un diseño más flexible (8). Se ha informado que la adaptabilidad para
la resección y reconstrucción quirúrgica es superior a la del colgajo de Limberg por Sebastian
et al en el contexto de la enfermedad pilonidal crónica.
Webster modificó aún más el diseño en 1978 al combinar un ángulo de colgajo agudo de 30
grados con una plastia en M para cerrar la base del defecto. Los principios subyacentes
estipulan que el ángulo del colgajo más estrecho de 30 grados funciona para reducir la tensión
de cierre del sitio donante, y el uso de una plastia M significa que el arco de rotación se
comparte entre dos ángulos de 30 grados con una mejor distribución de la tensión y distorsión
reducida del tejido. En la serie de casos original, Webster et al. reportaron resultados
favorables en términos de reducción de ensanchamiento de cicatrices y reducción de áreas de
exceso de piel, supuestamente debido a una distribución más equilibrada de la tensión (8).
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En 1987, Quaba y Sommerlad propusieron una modificación del colgajo rómbico: reconstruir
un defecto redondo con un colgajo romboide. Este diseño (Figura 4) implicó la reconstrucción
de un defecto redondo con un colgajo romboidal con lados de dos tercios del diámetro del
defecto, pero con un ángulo de colgajo de 60 grados equivalente al diseño de Limberg. Los
autores informaron de una serie de casos de 175 pacientes con defectos de la piel de la cabeza
y el cuello reconstruidos con colgajos "Quaba/Sommerlad" (8,9). Las ventajas declaradas sobre
el diseño clásico incluían flexibilidad en la transposición del colgajo y la orientación del sitio
donante, así como la ausencia de necesidad de sacrificar tejido sano para crear un defecto de
forma rómbica.
Lister y Gibson, Jervis y Turan et al., Respectivamente, han descrito variantes de pliegues
múltiples que involucran dos, tres y cuatro colgajos rómbicos. Estos se han aplicado para
reconstruir defectos más grandes y áreas con menor flexibilidad de la piel adyacente
(5). Abdelnaby M, comunicó una serie de casos de 8 pacientes con enfermedad del seno
pilonidal reconstruidos con doble colgajo romboidal, reportando una baja tasa de recurrencia
y complicaciones, además de descartar la necesidad de una reconstrucción compleja. Mientras
que la reconstrucción de defectos de meningomielocele con colgajos triples romboides en una
serie de casos de 7 pacientes, y colgajos romboides cuádruples en un informe de caso de un
solo paciente, ambos han descrito buenos resultados de pacientes (9). Aunque se ha propuesto
una amplia gama de diseños diferentes con aplicación a varios sitios anatómicos, este artículo
se centrará en el método de colgajo de Limberg más ampliamente divulgado aplicado a la
reconstrucción de defectos de la piel de la cabeza y el cuello.
Técnica operatoria
Independientemente del tamaño, la ubicación o la etiología del defecto, el defecto se preparó
de la siguiente manera. Una línea diagonal que biseca el ángulo de 120 ° se alargó fuera del
defecto en el tejido vecino con la misma longitud que la diagonal. A continuación, sobre la base
de la laxitud de la piel alrededor del defecto, elegimos un área donante que podría cerrarse
principalmente sin tensión y daría como resultado una cicatriz paralela a las líneas de tensión
de la piel (8,10). Luego, se trazó una línea paralela al lado del defecto que era tan larga como
la longitud del defecto.
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Figura 2. Esquema de transposición del colgajo de Limberg
Después de la planificación, se elevó el colgajo y se traspuso sobre el defecto. Los puntos D ', E
y F del colgajo correspondieron a los puntos B, A y D del defecto, respectivamente. Una vez
lograda la hemostasia, se colocó un drenaje de penrose debajo del colgajo y el área
donante. Según la ubicación y el tamaño del defecto, los tejidos subcutáneos y la piel se
suturaron con hilo de sutura del tamaño adecuado (11).
Figura 3. Colgajo de Limberg
Complicaciones
Las complicaciones de la reconstrucción con colgajo rómbico deben explicarse completamente
durante el proceso de consentimiento y pueden dividirse en complicaciones generales y
específicas. Las complicaciones generales incluyen dolor, sangrado, infección, rotura de la
herida, cicatrización (incluso anormal) (10).
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Las complicaciones específicas del fallo del colgajo parcial o completo son poco frecuentes y
pueden deberse a factores quirúrgicos como el adelgazamiento excesivo y el debilitamiento
del colgajo. Estos pueden estar influenciados por factores del paciente como el
tabaquismo. Además, la distribución de la tensión y el drenaje linfático puede resultar en
protuberancias estéticamente significativas o en forma de oreja de perro, así como
deformidades en forma de "alfileres" y anclajes de estructuras adyacentes (11). También existe
el riesgo de dañar las estructuras subyacentes específicas de la región anatómica
involucrada. Debe explicarse completamente la importancia de las estructuras
subyacentes. Por ejemplo, si uno está operando dentro de la región temporal, debe explicarse
la posible alteración de la función motora de la rama temporal del nervio facial.
DISCUSIÓN
La "escalera reconstructiva" enfatiza el uso del procedimiento más simple para manejar los
defectos de la piel. La mayoría de las veces, se logra fácilmente el cierre directo de un
defecto. Sin embargo, a medida que un defecto aumenta de tamaño, es más difícil cerrarlo
principalmente (1). En tales situaciones, la experiencia clínica sugiere una perspectiva
ligeramente diferente. La facilidad técnica, las preocupaciones estéticas, la continuidad de la
función y la duración del seguimiento dirigen a los cirujanos hacia el uso de colgajos locales,
evitando así los injertos y los pasos de expansión de tejido como sugiere la "escalera
reconstructiva" (5,7). Los colgajos locales se distinguen de otras técnicas por su corto tiempo
de operación, funcionalidad temprana y menos visitas a la clínica ambulatoria. La textura y el
color de la piel también son razones por las que se favorecen los colgajos locales.
Los colgajos de transposición planificados utilizando los principios del colgajo romboidal han
sido ampliamente utilizados en la práctica clínica por los cirujanos plásticos. Son fáciles de
aprender y simples de realizar. Se pueden utilizar en cualquier lugar de la superficie
corporal. Las modificaciones de Dufourmentel y Webster también han aumentado su
popularidad al aumentar la seguridad y los rangos angulares de estas aletas (8).
La estética es especialmente importante, incluso después de la cirugía ablativa del cáncer. El
cierre del defecto por intención primaria e injertos puede ofrecer resultados satisfactorios para
algunas localizaciones. Sin embargo, un colgajo romboidal bien planificado con cicatrices
paralelas a las líneas de tensión proporciona los mejores resultados. Naturalmente, la textura
y el color de la piel adyacentes al defecto coinciden mejor con la piel circundante.
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Los injertos de piel pueden parecer la forma más sencilla de reconstruir un defecto. Sin
embargo, están limitados por la necesidad de inmovilizar el injerto durante al menos cinco días,
la necesidad de restricciones en la dieta, la necesidad de un mayor cuidado con la higiene
personal, la prevención de las actividades físicas cotidianas y los retrasos en la funcionalidad
del paciente (9). La duración de estos problemas es mucho más corta para pacientes con
colgajos locales. Los injertos de piel necesitan más cambios de apósito que cualquier otro
procedimiento. Después de cinco días de apósitos, los cambios de apósito cada dos días
durante unos diez días es un protocolo estándar (10). Por el contrario, los colgajos locales no
requieren muchos cambios de apósito.
La seguridad de los colgajos romboides ha atraído a los cirujanos a su uso para varios propósitos
diferentes. Se han utilizado colgajos romboides para reconstruir defectos después de la
resección del seno pilonidal, contracturas antecubitales por quemaduras y reconstrucción
mamaria (11). La modificación de los colgajos romboides que se utiliza depende de las
características individuales del caso y de la experiencia del cirujano. Nuestra serie indica que
los colgajos romboides se pueden utilizar de forma segura para reconstruir defectos cutáneos
de tamaño pequeño a moderado.
Numerosos reportes en la literatura apoyan el uso del colgajo romboide para el cierre exitoso
de defectos cutáneos, en diferentes localizaciones anatómicas, con alta satisfacción del
paciente y bajas complicaciones. Una experiencia de una sola institución en 70 pacientes
tratados por neoplasias faciales, reveló que los colgajos locales dieron los mejores resultados
y fueron la primera opción de reconstrucción de la cara (12). El estudio reconoce que el
contorno suave y la calidad de la cicatriz son muy importantes para los pacientes de cirugía
plástica.
Cressey B comunicaron una serie de 41 pacientes satisfechos de 48 que se sometieron a la
escisión de nevos pigmentados benignos y luego se sometieron a una reconstrucción local con
colgajo de defectos que oscilaban entre 0,9 cm y 11 cm (11). Otra serie informa del 100% de
satisfacción en 21 pacientes que se sometieron a reconstrucción con colgajo local después de
la extirpación de lesiones benignas de defectos de menos de 1 cm. Una serie de 27 pacientes
que se sometieron a una reconstrucción del canto medial con un colgajo romboide mostró
curación sin complicaciones importantes y reintervenciones (12).
Chaubey et al, informa una serie de 50 pacientes en los que la cara era la ubicación el 72% de
las veces con muy pocas complicaciones. Otra serie de 30 pacientes de colgajos romboides
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cicatrizó sin complicaciones significativas. Una serie de 35 colgajos para la reconstrucción
después de la resección de una neoplasia maligna cutánea reveló unos resultados excelentes
(4). Boshnaq M publicó una serie de 45 colgajos de doble transposición, donde el 70% de los
defectos eran pequeños, con una tasa de complicaciones del 15%. Una serie de 175
reconstrucciones informó una tasa de complicaciones del 9,1%, que incluía infección,
hematoma, necrosis parcial y dehiscencia parcial (10).
El único artículo de referencia para la comparación del colgajo romboidal y el cierre primario
se publicó como un metanálisis de ensayos controlados aleatorios. Los autores utilizaron el
defecto dejado tras la escisión de la enfermedad pilonidal sacrococcígea. Se incluyeron 641
pacientes con colgajos romboides que demostraron una tendencia estadísticamente
significativa hacia una menor infección y dehiscencia de la herida. La conclusión fue que el
colgajo romboidal era superior al cierre primario (1).
La enseñanza tradicional implica una combinación de enseñanza directa de expertos y
aprendizaje basado en textos. Sin embargo, la curva de aprendizaje relativamente fácil para el
colgajo romboidal lo convirtió en el colgajo de elección para un estudio brasileño que comparó
el entrenamiento asistido por computadora con la educación estándar basada en texto de los
médicos en formación. El estudio concluyó que la formación asistida por ordenador dio como
resultado un mejor rendimiento y se clasificó como la mejor herramienta de enseñanza.
La sencillez y eficacia del colgajo de Limberg lo hace versátil, permitiendo una estética
adecuada con pocas complicaciones. La escisión se compone de dos triángulos equiláteros con
ángulos de 60 ° y 120 °, respectivamente. La colocación del colgajo de Limberg influye mucho
en su supervivencia y apariencia estética, debe colocarse en la dirección de mínima tensión y
máxima extensibilidad. La flexibilidad de la piel en el área a extirpar se puede inspeccionar
pellizcando la piel con el índice y el pulgar. La colocación del colgajo se vuelve más desafiante
en la cara, donde las características anatómicas pueden crear límites.
Las incisiones no deben colocarse sobre las líneas de tensión de la piel relajada; en cambio, las
incisiones deben hacerse paralelas a las líneas de tensión de la piel relajada. La colocación de
incisiones paralelas a las líneas de Langer permite que la cicatriz resultante caiga dentro de los
pliegues de la piel. Una reducción de la tensión en el colgajo disminuye la probabilidad de
necrosis del tejido donante. Los defectos en forma de paralelogramo son ideales para el uso de
un colgajo Limberg.
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Los colgajos de Limberg se han utilizado en una variedad de áreas del cuerpo. Particularmente,
esta solapa ha sido práctica para defectos en la cara, cuello y espalda. Sin embargo, la utilidad
del colgajo de Limberg hace que sea fácil de utilizar y modificar para detectar defectos en otras
partes del cuerpo, como la mucosa oral, el piso y el ala de la nariz y los labios.
CONCLUSIONES
Cada caso debe abordarse de manera individual, ya que no hay dos pacientes ni dos defectos
iguales. La reconstrucción debe adaptarse a las características únicas del defecto, las
expectativas del paciente y la experiencia del cirujano. Con una adecuada selección de
pacientes, los colgajos romboides deben considerarse una opción de primera línea para la
reconstrucción de casi cualquier defecto causado por cualquier etiología. En resumen, la
facilidad técnica, el resultado estético, la continuidad de la función, el tiempo de operación
corto, la textura y el color de la piel a juego, la seguridad, la funcionalidad temprana, el cierre
sin tensión y el menor número de visitas a la clínica ambulatoria son algunas de las razones
para justificar aplicaciones extensivas de colgajos romboidales.
La amplia aplicación y versatilidad de los colgajos romboides contribuye a su éxito y
popularidad entre los médicos. Varios tipos diferentes y modificaciones de los colgajos adaptan
mejor este pequeño procedimiento quirúrgico para ciertos defectos. El colgajo de Limberg fue
el colgajo inicial utilizado para los defectos romboides, con una cicatrización eficaz y una
apariencia estética aceptable.
La simplicidad de la técnica de elevación del colgajo romboidal y su seguridad la convierten en
una opción versátil para ser utilizada universalmente donde se dispone de piel adecuada. El
diseño simple de un colgajo Limberg dio lugar a colgajos más avanzados y complejos, como el
colgajo Dufourmentel, Webster y Quaba. Los colgajos romboides han demostrado una gran
eficacia sobre métodos alternativos de curación como el cierre primario. Estas ventajas
impulsan su uso y son una razón común por la que estos colgajos son una de las primeras
técnicas utilizadas por los cirujanos. Si bien ciertas técnicas de cierre son invasivas e
involucradas, los colgajos romboides se asocian con un buen pronóstico y un tiempo de
curación rápido. Las continuas modificaciones y avances en la cirugía dermatológica mejorarán
aún más los resultados de los colgajos romboides.
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