Enfermedad de Kikuchi Fujimoto:
Evaluación diagnóstica y
tratamiento
Kikuchi Fujimoto disease: Diagnostic evaluation and
treatment
Angela Lastenia Figueroa Córdova
Médico general, Hospital General del
Norte de Guayaquil Los Ceibos,
drafigueroa@hotmail.es,
https://orcid.org/0000-0002-6470-8281
Michelle Nathaly Vega Sandoval
Médico general, Hospital General Guasmo
Sur, michellevega023@gmail.com,
https://orcid.org/0000-0003-4079-8208
Gladys Cleotilde Castillo Soto
Magister en Seguridad y Salud
Ocupacional, Hospital General Teófilo
Dávila, cleito_castillo@hotmail.com,
https://orcid.org/0000-0001-5648-4014
Melissa Nicole Méndez Valarezo
Magister en Seguridad y Salud
Ocupacional, Sociedad Nacional de
Galápagos, melisa_5848@hotmail.com,
https://orcid.org/0000-0003-1979-7091
Guayaquil - Ecuador
http://www.jah-
journal.com/index.php/jah
Journal of American health
Enero - Junio vol. 6. Num. 12023
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Commons
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4.0 Internacional.
RECIBIDO: 13 DE MAYO 2022
ACEPTADO: 10 DE NOVIEMBRE 2022
PUBLICADO: 4 DE ENERO 2023
RESUMEN
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto es un
trastorno raro y autolimitado de etiología
desconocida que se caracteriza por
linfadenopatía cervical y fiebre. La
fisiopatología sigue sin estar clara y puede
ser desencadenada por un agente
infeccioso que conduzca a un proceso
autoinmune autolimitado. No existen
pruebas de laboratorio confirmatorias y se
requiere una biopsia de ganglio linfático
para diferenciar la enfermedad de otras
afecciones graves. Se recopiló la literatura
posible desde el año 2004 hasta el 2022
realizando una búsqueda médica sobre la
enfermedad de Kikuchi Fujimoto (KFD) en
inglés. Se incluyeron publicaciones en
revistas médicas autorizadas incluyendo
artículos/tesis originales y de revisión,
editoriales, informes de casos y
comunicaciones breves.
Palabras clave: linfadenitis histiocítica
necrotizante, linfoma maligno, lupus
eritematoso sistémico,
ABSTRACT
Kikuchi-Fujimoto disease is a rare, self-
limiting disorder of unknown etiology
characterized by cervical lymphadenopathy
and fever. The pathophysiology remains
unclear and it may be triggered by an
infectious agent leading to a self-limiting
autoimmune process. There are no
confirmatory laboratory tests and a lymph
node biopsy is required to differentiate the
disease from other serious conditions.
Possible literature was collected from the
year 2004 to 2022 by conducting a medical
search on Kikuchi Fujimoto disease (KFD) in
English. Publications in authoritative
medical journals including original and
review articles/theses, editorials, case
reports, and short communications were
included.
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Keywords: histiocytic necrotizing
lymphadenitis, malignant lymphoma,
systemic lupus erythematosus,
INTRODUCCIÓN
La enfermedad de Kikuchi Fujimoto (EKF) es una condición poco común, cosmopolita, benigna
y autolimitada con mayor prevalencia japonesa y asiática (1). La mayoría de los pacientes de
EKF son personas jóvenes que buscan tratamiento debido a que tienen linfadenopatía cervical
dolorosa aguda, fiebre baja y sudores nocturnos (2). La necrosis coagulativa con abundantes
restos de cariorresis en las áreas paracorticales de los ganglios linfáticos afectados es el rasgo
histológico característico de la KFD. El diagnóstico de KFD es crucial ya que puede confundirse
con linfoma maligno y LES (3).
La EKF fue presentada por primera vez en 1972 por el Dr. Masahiro Kikuchi y por Fujimoto como
linfadenitis con proliferación reticular, histiocitos y abundante detritus nuclear. Es una rara
condición benigna de los ganglios linfáticos y la mayoría de los médicos y patólogos no están
familiarizados con ella (2). Es una enfermedad autolimitada (dentro de 1 a 4 meses), sin
embargo, los pacientes deben ser seguidos regularmente ya que puede reaparecer o progresar
a LES. Los analgésicos y antipiréticos ayudan a mejorar los síntomas (3).
La enfermedad de Kikuchi Fujimoto es una condición idiopática, extremadamente rara, más o
menos mundial y, a menudo, infradiagnosticada; afecta predominantemente a los ganglios
linfáticos cervicales posteriores. Parece ser más frecuente en individuos japoneses y
asiáticos. Tiene un pronóstico excelente con poco riesgo de fatalidad. Las características
histopatológicas apoyan que su causa sea viral (4). El reconocimiento temprano de la
enfermedad es de suma importancia para evitar investigaciones extensas y costosas
relacionadas con el linfoma maligno y otros trastornos relacionados. Para evitar diagnósticos
erróneos, el conocimiento de esta enfermedad es necesario tanto para el clínico como para el
patólogo (5). La EKF debe considerarse en pacientes jóvenes con biopsia ganglionar que
muestra necrosis y cariorrexis (6).
Con el fin de determinar el significado clínico de la enfermedad de Kikuchi Fujimoto (linfadenitis
necrotizante histiocítica) y revisar la literatura disponible sobre esta condición, seleccionamos
los trabajos de investigación de Medicina en idioma inglés y español publicados entre los años
2004 a 2022.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó una búsqueda bibliográfica en PubMed y Scielo. Se incluyeron estudios de revisión
narrativa o sistemática sobre enfermedad de Kikuchi Fujimoto. No se aplicaron restricciones
de idioma. Se excluyeron los artículos sobre análisis de datos, documentos históricos, cartas a
los editores y cursos de instrucción. Se proyectó un total de 65 artículos, de los cuales se
seleccionaron 27 textos completos. De estos, 17 artículos no eran elegibles (no contenían
descripción sobre diagnóstico o tratamiento) y, por lo tanto, se excluyeron. Lo que resultó en
un total de 10 estudios incluidos.
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RESULTADOS
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto es una entidad rara caracterizada por linfadenopatía
necrotizante subaguda y frecuentemente asociada con fiebre (1). Los adultos jóvenes de
ascendencia asiática son los más afectados, pero se ha informado en todo el mundo. A pesar
de muchos estudios en la literatura, la causa de la KFD sigue siendo incierta. Histológicamente,
la KFD se caracteriza por la expansión de los ganglios linfáticos paracorticales con áreas de
necrosis parcheadas y bien delimitadas que muestran abundantes restos nucleares
cariorrecticos y ausencia de neutrófilos y eosinófilos (2,3).
Se han reconocido tres patrones histológicos en evolución: proliferativo, necrosante y
xantomatoso. Por inmunohistoquímica, los histiocitos en KFD son positivos para
mieloperoxidasa. Hay un marcado predominio de células T en las lesiones (en su mayoría
células CD8 positivas) con muy pocas células B. El diagnóstico diferencial de KFD incluye
linfadenitis infecciosa, linfadenopatía autoinmune (principalmente lupus eritematoso
sistémico) y linfoma (2). Los médicos y patólogos están poco familiarizados con esta entidad,
lo que con frecuencia genera importantes desafíos diagnósticos (3,4,5).
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto, también conocida como linfadenitis necrotizante
histiocítica, es una condición relativamente rara caracterizada por linfadenopatía regional
necrotizante subaguda (1,4,5). Esta es una enfermedad benigna y autolimitada,
frecuentemente asociada con fiebre leve y ocasionalmente con otros ntomas sistémicos. A
pesar de muchos estudios en la literatura, la etiología y la patogenia de la KFD siguen siendo
desconocidas. Los médicos, así como muchos patólogos, no están familiarizados con esta
entidad, lo que puede plantear importantes desafíos diagnósticos, ya que puede confundirse
fácilmente con otras linfadenopatías benignas o linfadenitis infecciosa, así como con
linfomas. Aquí, proporcionamos una revisión de los aspectos clínicos e histopatológicos de esta
entidad.
Epidemiología
Es una enfermedad extremadamente poco común pero cosmopolita con mayor prevalencia
japonesa y asiática. Sin embargo, también se han notificado casos esporádicos en Europa. En
la mujer asiática, la enfermedad de Kikuchi es una causa rara y benigna de linfadenopatía
cervical. La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto se describió por primera vez
en pacientes
japoneses y tiene una mayor prevalencia entre los asiáticos (1,2-5). Pileri et al describieron la
primera serie de casos fuera de Asia, con una cohorte predominantemente europea. Desde
entonces, la EKF se ha informado en todo el mundo en una variedad de orígenes étnicos. Suele
afectar a adultos jóvenes (menores de 40 años), pero puede ocurrir en cualquier grupo de edad.
La mayoría de los informes muestran predominio femenino; sin embargo, algunos estudios de
países asiáticos sugieren que la proporción entre hombres y mujeres es más cercana a 1:1. Un
estudio actual sobre pacientes con KFD realizado en Taiwán informa que la edad promedio es
de 21 años (6). La afectación cardíaca, hepática y pulmonar eleva la morbilidad. El LES es otra
fatalidad asociada con la enfermedad de Kikuchi Fujimoto (7).
Etiología y patogenia
Muchos estudios en la literatura han tratado de dilucidar la causa de la enfermedad, pero en
la actualidad sigue sin estar clara. Las 2 teorías más comunes exploradas en la literatura son
infecciosas y autoinmunes. El cuadro clínico es similar al de la infección viral y, al igual que la
infección viral, la enfermedad no responde a los antibióticos (2,4,5). Además, las características
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histopatológicas (es decir, expansión paracortical, proliferación inmunoblástica, necrosis en la
paracorteza, predominio de células T y linfocitos atípicos/reactivos circulantes en la sangre
periférica) son similares a las que se observan en las infecciones virales (6,7).
Se han propuesto numerosos virus como posibles agentes etiológicos, incluido el virus de
Epstein-Barr; virus del herpes simple; virus de la varicela zoster; herpesvirus humanos 6, 7 y
8; parvovirus B19; paramixovirus; virus de la parainfluenza; rubéola; citomegalovirus; virus de
la hepatitis B; virus de inmunodeficiencia humana; virus linfotrópico T humano tipo 1; y virus
del dengue (5). Sin embargo, ningún estudio en la literatura ha demostrado definitivamente
una relación causal entre un virus y KFD o partículas virales identificadas ultraestructuralmente.
Otros agentes infecciosos estudiados incluyen Brucella, Bartonella henselae, Yersinia
enterocolitica, Toxoplasma gondii, Entamoeba histolytica y Mycobacterium szulgai (7,8).
Se ha postulado que la EKF representa una respuesta inmune exuberante mediada por células
T a una variedad de antígenos en personas genéticamente susceptibles. En comparación con la
población general, estos pacientes tienen con mayor frecuencia alelos de clase II del antígeno
leucocitario humano (HLA), específicamente HLA-DPA1 y HLA-DPB1. Estos alelos son más
frecuentes en los asiáticos y son extremadamente raros o están ausentes en los blancos, lo que
puede explicar la aparición más común de esta entidad entre los asiáticos (5,6).
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto también se ha descrito en asociación con una serie de
enfermedades sistémicas, más comúnmente enfermedades autoinmunes como el lupus
eritematoso sistémico (LES), la granulomatosis de Wegener, el síndrome de Sjögren, la
enfermedad de Graves, la enfermedad de Still, etc (1-3). El citoplasma de los linfocitos e
histiocitos estimulados de pacientes con EKF contiene estructuras reticulares tubulares que,
por microscopía electrónica, tienen similitud con las estructuras que se han descrito en las
células endoteliales y los linfocitos de pacientes con LES y otros trastornos autoinmunes (7).
Varios informes de casos han descrito EKF en asociación con diferentes condiciones patológicas
(meningitis,
estado epiléptico,
enfermedades pulmonares intersticiales, miocarditis,
insuficiencia renal aguda, síndrome hemofagocítico,
y anemia de células falciformes) y
neoplasias malignas ( mama,
estómago
y cavidad bucal), así como en pacientes portadoras de
marcapasos e implantes mamarios, lo que sugiere que estos cuerpos extraños podrían
representar factores desencadenantes del desarrollo de la enfermedad (8).
Características histopatológicas e inmunohistoquímica
Histológicamente, los ganglios linfáticos suelen tener una arquitectura parcialmente
conservada con hiperplasia folicular. La paracorteza está expandida y muestra áreas de
necrosis parcheadas y bien delimitadas (1,2). Los focos necróticos muestran abundantes restos
nucleares cariorrecticos y una gran acumulación de histiocitos en el borde de la
necrosis. Ocasionalmente, solo hay células apoptóticas aisladas dispersas en grandes láminas
de histiocitos, mezcladas con desechos celulares y polvo nuclear. En los focos necróticos son
frecuentes los llamados histiocitos semilunares (5). Entre los histiocitos, hay linfocitos
pequeños dispersos, células T activadas y algunas células plasmáticas. Los neutrófilos y los
eosinófilos están notoriamente ausentes, una pista importante en el diagnóstico de esta
entidad (7). En el borde de las áreas necróticas, hay grupos de células dendríticas
plasmocitoides, así como inmunoblastos (8). Además, con frecuencia se pueden ver vasos
trombosados en la periferia de la necrosis.
38
Se han propuesto tres patrones histológicos evolutivos de EKF: proliferativo, necrosante y
xantomatoso. El patrón proliferativo inicial se caracteriza por una paracorteza expandida con
láminas de histiocitos y células dendríticas plasmocitoides, mezcladas con linfocitos pequeños
y restos nucleares carioréxicos (7). La fase necrótica se caracteriza por la presencia de
necrosis. En la fase xantomatosa predominan los histiocitos espumosos en las lesiones,
independientemente de la presencia o ausencia de necrosis (8).
El diagnóstico de la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto se realiza predominantemente sobre la
base de la evaluación morfológica. Como en muchos trastornos benignos y malignos de los
ganglios linfáticos, el reconocimiento de patrones de baja potencia es fundamental en esta
enfermedad (5,6). La tinción inmunohistoquímica a veces es útil, especialmente en casos con
tejido limitado (es decir, biopsias centrales o biopsias pequeñas), donde a menudo es difícil
apreciar un patrón de afectación de los ganglios linfáticos. Los histiocitos en KFD son positivos
para lisozima, mieloperoxidasa, CD68, CD163 y CD4. Los linfocitos en las lesiones son en su
mayoría células T positivas para CD3, lo que demuestra un predominio de CD8 en comparación
con CD4, con muy pocas células B positivas para CD20. Las células dendríticas plasmocitoides
se resaltan con CD123 (7,8,9)
Características clínicas
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto es autolimitada con curso agudo a subagudo,
evolucionando durante varias semanas. Los pacientes presentan con mayor frecuencia
linfadenopatía cervical posterior (60% a 90% de los casos), frecuentemente con afectación
concomitante de los ganglios linfáticos axilares y/o supraclaviculares (1,2). Los ganglios
linfáticos afectados son sensibles y dolorosos. Rara vez se informa linfadenopatía generalizada
(1% a 22% de los casos) (8).
La linfadenopatía se relaciona con mayor frecuencia con fiebre (35 a 77 % de los casos); otros
síntomas poco frecuentes incluyen pérdida de peso, náuseas y vómitos, debilidad, dolor de
cabeza, artralgia, sudores nocturnos, síntomas de las vías respiratorias superiores y dolor de
garganta (5). La hepatomegalia y la esplenomegalia ocurren raramente (menos del 5% de los
casos).
La enfermedad ocurre con poca frecuencia en localizaciones extraganglionares, con
mayor frecuencia en la piel y ocasionalmente en la médula ósea y el hígado. La afectación
cutánea afecta principalmente a la cara y parte superior del cuerpo, manifestándose como
erupciones, nódulos, pápulas eritematosas, lesiones eritematosas induradas, eritema
multiforme y lesiones maculopapulares eritematosas (8,9,10).
Lo más común es que los pacientes tengan resultados de laboratorio normales. En algunos
casos, hay anemia leve, velocidad de sedimentación globular levemente elevada y proteína C
reactiva elevada. Otros hallazgos incluyen leucopenia (especialmente granulocitopenia; 20% a
58% de los casos) y leucocitosis (2% a 5% de los casos), con linfocitos atípicos en la sangre
periférica informados hasta en un tercio de los pacientes. Otras anomalías de laboratorio
observadas en algunos de estos pacientes incluyen lactato deshidrogenasa sérica elevada y
aminotransferasas elevadas (8).
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye linfadenitis infecciosa de diferentes etiologías, linfadenopatía
autoinmune (principalmente linfadenopatía por LES) y linfoma no Hodgkin. Múltiples agentes
infecciosos pueden causar linfadenitis necrotizante, que puede simular KFD. En la linfadenitis
necrosante de la tuberculosis, la histoplasmosis, la lepra y la enfermedad por arañazo de gato,
39
hay proliferación de histiocitos epitelioides con formación de granulomas, así como células
gigantes dispersas (9). En los casos de linfadenitis necrotizante sifilítica, suele haber una
infiltración perivascular de células plasmáticas prominente.
En la linfadenitis causada por Y. enterocolítica, hay eosinófilos prominentes, mientras que en
las infecciones bacterianas suele haber abundantes neutrófilos. Además, se observan
neutrófilos e inclusiones virales en casos de linfadenitis necrosante por herpes simple. Las
tinciones especiales y las tinciones inmunohistoquímicas a veces son útiles para identificar los
agentes infecciosos (4). Suele ser necesaria la correlación con estudios serológicos y
moleculares para confirmar el diagnóstico. Ocasionalmente, la linfadenitis por mononucleosis
infecciosa puede entrar en el diagnóstico diferencial de la EKF (8). La mononucleosis infecciosa
por lo general muestra hiperplasia folicular marcada y expansión paracortical con aumento de
inmunoblastos y células dispersas tipo Hodgkin y Reed-Sternberg. También se observan con
frecuencia apoptosis unicelular y focos de necrosis (9,10).
La linfadenopatía por lupus eritematoso sistémico es el diagnóstico diferencial más difícil de
resolver y, en algunos casos, es histológica e inmunohistoquímicamente indistinguible de la
EKF. La linfadenopatía por lupus eritematoso sistémico muestra necrosis paracortical focal o
confluente, rodeada de histiocitos cargados de lípidos. Dentro de los focos necróticos existen
numerosas células apoptóticas (1). De manera similar a EKF, hay una ausencia de neutrófilos y
eosinófilos. En un subconjunto de casos, se observan cuerpos de hematoxilina, compuestos por
agregados de ADN nuclear, polisacáridos e inmunoglobulina. Los cuerpos de hematoxilina son
la característica histológica más específica de la linfadenopatía por LES. Además, los vasos
sanguíneos que muestran el fenómeno de Azzopardi (material nuclear que se tiñe con
hematoxilina) a veces se pueden ver en las áreas de necrosis (4-7). Dada la similitud histológica
de la linfadenopatía por LES con la EKF, es prudente incluir siempre al LES en el diagnóstico
diferencial para alertar a los médicos de que se necesita una correlación clínica y de laboratorio
para distinguir entre estas 2 entidades (9,10).
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto se puede confundir fácilmente con un linfoma. La
proliferación de inmunoblastos y células dendríticas plasmocitoides en los bordes de los focos
necróticos, así como la obliteración de los senos paranasales, pueden imitar la participación
del linfoma no Hodgkin de células T y células B (3). Las tinciones inmunohistoquímicas son útiles
en casos difíciles. Los linfomas de células B son fáciles de eliminar debido a que hay muy pocas
células B en las áreas involucradas. Los linfomas de células T pueden plantear un desafío de
diagnóstico más difícil porque la mayoría de las células linfoides en las lesiones son células T
(5,6). La positividad de los histiocitos para la mieloperoxidasa es una pista útil. Sin embargo, la
positividad para mieloperoxidasa a veces puede malinterpretarse como sarcoma mieloide. En
la EKF, ninguna tinción inmunohistoquímica sustituye a una sección teñida con hematoxilina y
eosina de buen tamaño y bien fijada (10).
Método de diagnóstico
En pacientes con la enfermedad de Kikuchi Fujimoto, una biopsia por escisión de los ganglios
linfáticos afectados es la investigación de elección. La necrosis coagulativa con abundantes
restos de cariorresis en las áreas paracorticales de los ganglios linfáticos afectados es el rasgo
histológico característico de la EKF (1,2,5). Se informa que otras investigaciones de referencia
no se han visto afectadas. Sin embargo, los resultados de laboratorio de algunos casos de EKF
han informado anemia, poco aumento de la VSG e incluso leucopenia. Un tercio de las personas
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con EKF han mostrado linfocitos atípicos en sus frotis de sangre periférica.
Predominantemente, las células T (células T CD8+) se encuentran en EKF. Sin embargo, los
neutrófilos se encuentran ausentes y las escasas células plasmáticas pueden o no estar
presentes (9).
Según Kuo, las características histopatológicas se pueden clasificar en tres etapas: proliferativa,
necrotizante y xantomatosa. La etapa proliferativa expresa varios histiocitos, monocitos
plasmocitoides y células linfoides que contienen fragmentos nucleares cariorreticos y restos
apoptóticos eosinofílicos. La etapa necrosante muestra un grado de necrosis coagulativa,
mientras que la etapa xantomatosa está predominantemente llena de histiocitos espumosos
(10).
Hay que tener en cuenta que en los individuos con EKF es común el componente
inmunoblástico reactivo atípico y puede confundirse con linfoma. Los antígenos asociados a
histiocitos (lisozima, mieloperoxidasa y CD68) también son expresados por histiocitos en KFD.
El diagnóstico de EKF es especialmente difícil en biopsias pequeñas o con aguja gruesa, donde
no se puede apreciar bien el patrón de afectación (9). Varias biopsias con núcleo de aguja
pequeña de un ganglio linfático cervical estaban completamente borradas por un infiltrado
linfohistiocitario atípico que a gran aumento mostró láminas de células atípicas grandes con
núcleos irregulares, nucléolos focalmente prominentes y citoplasma moderadamente
abundante. Además, estaban presentes cuerpos apoptóticos frecuentes, así como un área más
grande de necrosis. El diagnóstico diferencial en un caso como este es sin duda el linfoma no
Hodgkin de células grandes, tanto de células B como T (10).
La tinción inmunohistoquímica fue extremadamente útil para aclarar el diagnóstico de EKF, ya
que la mayoría de las células eran histiocitos positivos para CD68 que coexpresaban
mieloperoxidasa. Además, se observaron grupos de células dendríticas plasmocitoides,
resaltadas por CD123 (5,8). La mayoría de los linfocitos pequeños en el fondo eran células T
positivas para CD8, mientras que las células B eran muy limitadas. Sin embargo, en muchos
casos, el diagnóstico de EKF no se puede hacer con certeza en una muestra pequeña; en caso
de duda, se debe solicitar una biopsia más grande. Una biopsia incisional o escisional generosa
es una muestra óptima para el diagnóstico de EKF (10).
Tratamiento y pronóstico
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto es una enfermedad autolimitada que generalmente se
resuelve en unos pocos meses. Tiene una baja tasa de recurrencia del 3% al 4% y solo se han
informado varios casos fatales. El tratamiento tiene como objetivo el alivio de los síntomas
(reposo, analgésicos y antipiréticos), ya que no existe una terapia específica para estos
pacientes. Los pacientes con enfermedad recidivante o con un curso clínico más grave podrían
beneficiarse de la terapia con corticosteroides (10).
DISCUSIÓN
La enfermedad KF generalmente afecta a los adultos jóvenes. La mediana de edad de nuestros
pacientes fue de 31 años, lo que concuerda con otras series de casos notificadas (9). La
enfermedad KF es más común en mujeres asiáticas.
La etiología exacta de la enfermedad de Kikuchi aún se desconoce. La literatura reciente se
inclina por causas virales o autoinmunes. Sin embargo, el papel de los virus (virus de Epstein-
Barr y otros) en la patogenia de la enfermedad de Kikuchi es controvertido y pasa desapercibido
41
(8). Por otro lado, Unger y colaboradores están a favor de la etiología viral, ya que la KFD
manifiesta ciertas características virales, es decir, linfocitosis atípica, ciertas características
histológicas, pródromos respiratorios similares a los de la gripe y ausencia de respuesta a la
terapia con antibióticos. También, la enfermedad de Kikuchi ha sido reportada en pacientes
con SIDA (10).
Al igual que el lupus eritematoso sistémico (LES), los linfocitos e histiocitos en los pacientes con
enfermedad de Kikuchi muestran estructuras reticulares tubulares en su citoplasma en
microscopía electrónica. Se ha opinado que, en individuos genéticamente susceptibles, la KFD
puede pertenecer a una exuberante respuesta inmune mediada por células T provocada por
una variedad de estímulos (8,9). Si bien es necesario estudiar y enfatizar el curso de la muerte
celular en la KFD, Ohshima y sus colaboradores señalaron que la muerte celular apoptótica
podría estar involucrada en la patogenia de la patología. Con respecto a este estudio, las células
T CD8 en proliferación pueden matar o morir en el proceso apoptótico de esta enfermedad
utilizando las vías Fas y perforina (10).
Imamura et al,
plantearon la hipótesis de que la enfermedad puede representar un trastorno
autoinmune similar al LES autolimitado desencadenado por virus y otros agentes infecciosos
(7). Sin embargo, a diferencia de los pacientes con LES, las pruebas serológicas (como el factor
reumatoide, los anticuerpos antinucleares y los anticuerpos contra el ADN de doble cadena)
han sido consistentemente negativas en los pacientes con EKF. A pesar de la serología negativa
en KFD, existe un grado de superposición clínica y morfológica entre ambas patologías que
requiere una consideración especial. En un estudio de Dumas et al, que incluyó a 91 pacientes
con KFD, 11 pacientes (12%) tenían antecedentes de LES. Es probable que estos casos
representen linfadenitis lúpica, ya que los 2 trastornos son histológicamente indistinguibles en
algunos casos (10).
La mayoría de los pacientes tienen linfadenopatía cervical y fiebre, que es la presentación más
común de la enfermedad de EKF (2). El diagnóstico diferencial de estos síntomas es extenso e
incluye TB, enfermedades virales agudas como mononucleosis infecciosa y SIDA, linfoma,
cáncer metastásico y enfermedad autoinmune (8). Se cree que una respuesta hiperinmune de
los linfocitos T a un agente no identificado es la causa subyacente de la enfermedad de KF. Los
pacientes son examinados para detectar diferentes agentes infecciosos, pero hasta el
momento no se ha identificado una causa única.
Se informa citopenia leve y marcadores inflamatorios elevados en pacientes con enfermedad
de KF. Se ha documentado una asociación con enfermedades autoinmunes, específicamente
lupus eritematoso sistémico (LES). Las características clínicas de ambas enfermedades tienen
similitudes, pero las pruebas serológicas para LES muestran resultados inconsistentes (10).
El diagnóstico de la enfermedad de KF se confirma mediante el examen histológico de los
ganglios linfáticos afectados. La enfermedad KF tiene características distintas en la
histopatología, pero a veces se confunde con un linfoma maligno o LES (9,10).
Se informa que la recurrencia es del 3% al 4% y la muerte es extremadamente rara. La mayoría
de los pacientes, según se informa en diferentes series de casos, se recuperan con atención de
apoyo, pero algunos necesitan esteroides e inmunosupresores. Erfanian Taghvaei et
al. comunicaron un caso de recurrencia de la enfermedad de KF en una paciente de 32 años.
Blewitt et al. también informaron un caso con recurrencia de la enfermedad KF 12 años
42
después del episodio inicial (10). El paciente fue manejado de forma conservadora sin ningún
medicamento y se logró una recuperación completa.
CONCLUSIONES
La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto plantea importantes desafíos de diagnóstico para
patólogos y médicos. Los patólogos deben estar familiarizados con esta entidad para evitar un
diagnóstico erróneo de linfoma, que podría conducir a una terapia agresiva e innecesaria. La
biopsia de ganglio linfático por escisión es la muestra óptima para el diagnóstico de la
enfermedad; sin embargo, las tinciones inmunohistoquímicas pueden ser útiles en casos con
material limitado. Desde el punto de vista clínico, uno de los diagnósticos diferenciales más
importantes es el lupus eritematoso sistémico que debe descartarse en todo paciente
diagnosticado de EKF.
La enfermedad de Kikuchi parece ser más frecuente en individuos japoneses y asiáticos. KFD
tiene un pronóstico excelente con poco riesgo de fatalidad. Las características histopatológicas
apoyan que su causa sea viral. El reconocimiento temprano de la enfermedad de Kikuchi es de
suma importancia para evitar investigaciones extensas y costosas relacionadas con el linfoma
maligno y otros trastornos relacionados. Para evitar diagnósticos erróneos, el conocimiento de
esta enfermedad es necesario tanto para el clínico como para el patólogo.
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