La Meningitis: Urgencia médica,
abordaje clínico y secuelas a largo plazo
Meningitis: Medical urgency, clinical approach
and long-term consequences
Víctor David
Fuentes Chonana; Maria
Andrea del Rocio Bentacour Ruiz;
Silvia Silvestre Yagual.
RESUMEN
La meningitis es una urgencia médica que puede
ser mortal en menos de 24 horas y requiere atención médica urgente que puede
ocurrir en diferentes partes del mundo, siendo el riesgo especialmente elevado
en el África subsahariana. Los factores de riesgo asociados con la meningitis
incluyen la edad, los entornos grupales, las condiciones médicas subyacentes,
el tabaquismo y su exposición, así como la falta de vacunación. Los agentes causales más frecuentes dependen
de la edad, siendo en menores de 1 mes S. agalacteae,
E. coli y L. Monocitogenes
y, en niños más de 3 meses N. meningitidis
y S. pneumoniae. Este estudio analizó
aspectos clínicos, terapéuticos y secuelas de la meningitis, subrayando su
urgencia médica mediante una búsqueda sistemática. Las bacterias,
particularmente Streptococcus pneumoniae,
son responsables del 80% de los casos de meningitis bacteriana, afectando
principalmente a menores de 5 años. La letalidad varía según la edad y
etiología, alcanzando hasta un 30%. A pesar de la disminución de la mortalidad
con el uso de antibióticos, las secuelas afectan al 25% de los casos,
incluyendo discapacidad intelectual y pérdida de audición. El diagnóstico
temprano y preciso de la meningitis, respaldado por el análisis del líquido
cefalorraquídeo, es crucial. La atención médica urgente, junto con terapias
antibióticas adaptadas a patrones de resistencia locales, es fundamental para
mitigar la gravedad de la enfermedad y prevenir secuelas a largo plazo. La
meningitis, en su urgencia y complejidad, requiere un abordaje médico ágil y
coordinado para mejorar los resultados y reducir su impacto devastador.
Palabras clave: diagnóstico, bacterias, urgencia, secuelas
Meningitis is
a medical emergency that can be fatal in less than 24 hours and requires urgent
medical attention that can occur in different parts of the world, with the risk
being especially high in sub-Saharan Africa. Risk factors associated with
meningitis include age, group settings, underlying medical conditions, smoking
and exposure, and lack of vaccination. The most frequent causal agents depend
on age, being S. agalacteae, E. coli and L.
Monocytogenes in children under 1 month of age and N. meningitidis and S.
pneumoniae in children over 3 months. This study analyzed clinical, therapeutic
aspects and sequelae of meningitis, highlighting its medical urgency through a
systematic search. Bacteria, particularly Streptococcus pneumoniae, are
responsible for 80% of cases of bacterial meningitis, mainly affecting children
under 5 years of age. Fatality varies depending on age and etiology, reaching
up to 30%. Despite the reduction in mortality with the use of antibiotics, the
sequelae affect 25% of cases, including intellectual disability and hearing
loss. Early and accurate diagnosis of meningitis, supported by cerebrospinal
fluid analysis, is crucial. Urgent medical attention, together with antibiotic
therapies adapted to local resistance patterns, is essential to mitigate the
severity of the disease and prevent long-term sequelae. Meningitis, in its
urgency and complexity, requires an agile and coordinated medical approach to
improve outcomes and reduce its devastating impact.
Keywords: diagnosis,
bacteria, urgency, sequela
1. Introducción.
Mundialmente existe el riesgo de contraer la
meningitis, sin embargo, la mayor carga de morbilidad se observa en una región
del África subsahariana que se conoce como el «cinturón africano de la
meningitis», donde el riesgo de epidemias de meningitis meningocócica, pero
también neumocócica, es elevado, y pueden aumentar el riesgo de padecer
distintos tipos de meningitis como las inmunodeficiencias desde VIH o las
deficiencias del complemento, la inmunodepresión, el consumo de tabaco y la
exposición al humo del tabaco
Respecto a los agentes causales las bacterias
son más frecuentes, destacan en el 80% de los casos la Haemophilus
influenzae, Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Streptococcus del
grupo B y Listeria monocytogenes. Actualmente Streptococcus pneumoniae es
la bacteria más común en pacientes con meningitis bacteriana, especialmente en
las meningitis adquiridas en la comunidad y en las meningitis recurrentes,
llegando a ser responsable de entre el 40 y 61% de los casos
Se presenta más frecuentemente en menores de 5
años. La letalidad oscila entre 5-30%, dependiendo de la edad y la etiología
con mayor severidad en los neonatos y en niños con infección neumocóccica. Las secuelas neurológicas y auditivas
dependen de la edad, etiología y rápido tratamiento. La frecuencia de secuelas
graves es 25%, 9,5% y 7% en las meningitis por neumococo, Haemophilus
influenzae tipo b y meningococo, respectivamente.
Se ha estimado que en los países
subdesarrollados la tasa de secuelas es el doble que en los países
industrializados
Otras causas son las infecciones fúngicas y
parasitarias que son menos comunes en contraste con las causas bacterianas y
virales de la meningitis. Los factores de riesgo para estas infecciones pueden
incluir pacientes inmunodeprimidos, exposición a ambientes propicios para la
proliferación de microorganismos o viajes a áreas donde estas infecciones son
endémicas.
La incidencia de Meningitis bacteriana ha ido
descendiendo de forma progresiva en nuestro medio, excepto en lactantes <2 meses,
por el desarrollo de la vacunación frente a la mayoría de patógenos implicados.
Neisseria meningitidis
y Streptococcus pneumoniae
siguen siendo los microorganismos más frecuentes
La tasa y el período de transmisibilidad
dependen de la etiología siendo la infectividad alta en las meningitis víricas,
menor o baja en bacterianas (p. ej. en caso de meningococos es necesario el
contacto estrecho durante un tiempo prolongado) y fúngicas
En la mayoría de los países, Neisseria Meningitidis
es reconocida como un problema de salud pública, aunque los datos limitados y
sugieren que, en Asia, la mayoría de las enfermedades Meningocócica son
causadas por meningococos que pertenecen al serogrupo
A o C. La mayoría de las infecciones Meningocócica invasivas son causadas por
organismos que expresan uno de los polisacáridos capsulares de serogrupo A, B, C, X, W135 o Y que pueden causar epidemias.
En Latinoamérica, la verdadera carga
de la enfermedad meningocócica es subestimada en la mayoría de los países, en
la actualidad. Como ejemplo, un estudio de revisión de la literatura encontró
tasas de incidencia en el periodo 2008-2011 muy diferentes, variando desde
menos de 0,1 a 1,8 por 100 000 habitantes, dependiendo del país y año. Esas
tasas representan baja endemicidad (menos de 2 casos por 100 000) y están por
abajo del límite para ser considerado de alto riesgo para la recomendación de
la vacuna en los programas nacionales de inmunización o para el control de
brotes, según la OMS. No obstante, esas tasas deben ser interpretadas con
cuidado debido al desafío que es la notificación de la enfermedad en la Región,
que puede parcialmente explicar las diferencias en la incidencia (8).
Otro agente importante es la L. monocytogenes está mediada por la activación de las células
T con linfoquinas de los macrófagos, cuyos pacientes con disfunción de células
T, como mujeres embarazadas, ancianos, diabéticos, receptores de trasplantes y
los que reciben terapia inmunosupresora como esteroides o inhibidores del
factor de necrosis tumoral-α corren el riesgo de contraer una forma
invasiva de listeriosis como la meningitis. Los pacientes VIH positivos sin
tratamiento, tienen de 10 a 100 veces incrementado el riesgo de listeriosis
(9).
Respecto a los síntomas incluyen
fiebre, cefalea, náuseas, vómitos e irritación meníngea. Su etiología bacterias
o virus, incluso parásitos, siendo las bacterias más comunes Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Streptococcus grupo B y Listeria monocytogenes.
El diagnóstico se establece mediante el análisis del líquido cefalorraquídeo
obtenido a través de una punción lumbar y el tratamiento implica el uso de
antibióticos y cuidados de apoyo, sin embargo, puede generar complicaciones
graves y resultar en secuelas neurológicas o auditivas. En este contexto se
abordará los aspectos clínicos más comunes y terapéuticos y secuelas de la
meningitis.
2. Materiales y métodos
Se realizó una búsqueda exhaustiva de la
literatura científica en bases de datos reconocidas, como PubMed, Scielo,
Science Direct, Google Académico y otros buscadores pertinentes. Se
seleccionaron estudios de revisión narrativa o sistemática publicados en los
últimos 5 años anteriores a la fecha de esta publicación.
Se incluyeron estudios que abordaron métodos
diagnósticos de brucelosis, escritos en idioma inglés o español. Se excluyeron
cartas a los editores y memorias de congresos para garantizar la calidad y
relevancia de la información seleccionada.
Se seleccionaron 29 investigaciones completas
que cumplían con los criterios de inclusión y proporcionaban información
sustancial sobre los métodos diagnósticos de brucelosis. La información
recopilada se analizó mediante una síntesis narrativa para identificar los aspectos clínicos,
terapéuticos y secuelas de la meningitis, subrayando su urgencia médica
mediante una búsqueda sistemática.
Se identificaron y discutieron las posibles
limitaciones del estudio, como la exclusión de ciertos tipos de artículos y la
dependencia de datos disponibles en la literatura científica.
Este enfoque metodológico permitió obtener una
visión integral de la meningitis, integrando datos de múltiples fuentes para
proporcionar una base sólida para la comprensión y abordaje de esta urgencia
médica.
3. Resultados
Para el análisis y
discusión de los resultados se utilizó la estadística descriptiva, los resultados
fueron presentados a través de tablas lo cual facilita tanto la interpretación
como la discusión de cada uno de los resultados por indicador al objeto de
contraponer los hallazgos encontrados con las teorías estudiadas. Debido a ello a continuación se analizan los objetivos que sustentaron
esta investigación, los cuales se discutieron
con las evidencias publicadas por autores relacionados con el tema.
Tabla 1: Etiología factores de
riesgo, y diagnóstico de la meningitis.
|
Bacterias Más Comunes |
Factores de Riesgo |
Incidencia y Transmisibilidad |
Letalidad y Secuelas |
Diagnostico |
|
|
Bacteriana |
Listeria monocytogenes |
Disfunción de células T, VIH positivo sin tratamiento. |
Menor incidencia, periodo de transmisibilidad variable. |
Riesgo elevado en poblaciones con disfunción de células T. |
Punción lumbar (PL): |
|
Streptococcus del grupo B, S. pneumoniae, L. monocytogenes,
E. coli |
Recién Nacidos |
a menor edad mayor riesgo, entornos grupales, conmorbilidad,viajes a zonas endémicas |
El Gram es positivo en el
75-90% de los casos sin antibioterapia previa. El cultivo es el Gold standard
con 70-85% de los casos. Además, permite realizar antibiograma Existen paneles de PCR para meningitis/encefalitis con los gérmenes
más frecuentes, bacterianos y víricos, cuando no está claro si es una
etiología vírica o bacteriana. Ante sospecha de tuberculosis (TBC), solicitar: tinción de
Ziehl-Neelsen, ADA (>8 UI/l Leucocitosis con neutrofilia.
Bioquímica con glucosa, electrolitos, perfil renal y reactantes de
fase aguda (PCT >0,5 ng/ml apoya el diagnóstico de MBA). Coagulación.
Hemocultivo; Sedimento urinario y urocultivo |
||
|
S. pneumoniae, N. meningitidis,
H. influenzae tipo b (Hib), Streptococcus
del grupo B |
Bebés y Niños |
||||
|
N. meningitidis, S. pneumoniae |
Adolescentes y Adultos Jóvenes |
||||
|
S. pneumoniae, N. meningitidis,
Hib, Streptococcus del grupo B, L. monocytogenes |
Adultos Mayores |
||||
|
Todas en General |
Menores de 5 años, inmunodeficiencias, condiciones médicas
subyacentes, viajes a áreas endémicas |
Descenso general en incidencia (excepto en lactantes <2 meses). Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae
prevalentes. |
Letalidad 5-30%, mayor en neonatos y casos neumocóccicos.
Secuelas: 25% (neumococo), 9.5% (H. influenzae tipo
b), 7% (meningococo). |
TC craneal si presenta deterioro neurológico importante o rápido,
sospecha de HIC, focalidad neurológica, historia de hidrocefalia,
neurocirugía reciente o trauma, o papiledema. La antibioterapia empírica se
iniciará previamente a su realización. |
|
|
Fúngica/Parasitaria |
Menos comunes que las bacterianas y virales. Hongos (Cryptococcus neoformans, Candida spp., entre otros) |
Inmunodeprimidos, exposición a ambientes propicios, viajes a áreas
endémicas. |
Menor incidencia, menos transmisibilidad. |
Letalidad alta (superior al 50%). Secuelas en 10-20% de sobrevivientes
(discapacidad intelectual, pérdida auditiva). |
Si se sospecha origen fúngico: extensión con tinta china, cultivo y Ag
para Cryptococcus neoformans. |
|
Viral |
Factores variados, depende del género del virus. |
Incidencia variable, transmisibilidad alta en víricas. |
Letalidad disminuida con antibióticos, cuidados intensivos. 10-20% de
secuelas en sobrevivientes. |
||
Fuente: Varias Fuente
Clínica
Los
signos clínicos más característicos de la meningitis son fiebre, náuseas,
vómitos, dolor de cabeza, mialgia, rigidez en la parte posterior de la cabeza,
confusión mental, signos de irritación meníngea (signo de Kerning,
maniobra de Lasègue y Brudzinski), además de los cambios en el líquido
cefalorraquídeo (LCR).
La
invasión bacteriana al LCR provoca una reacción inflamatoria, los componentes
bacterianos originan inflamación meníngea al liberar dentro del espacio
subaracnoideo citosinas proinflamatorias como la interleucina y el factor de
necrosis tumoral por la microglía, los astrocitos y monocitos. A su vez las
citocinas promueven la migración de neutrófilos al LCR, y estos liberan
prostaglandinas, radicales de oxígeno y metaloproteinasas de matriz que
aumentan la permeabilidad de la barrera hematoencefálica
La
infección puede invadir el sistema nervioso central a través tres vías: por
diseminación hematógena desde un foco distante; por diseminación bacteriana a
partir de estructuras vecinas infectadas, como el oído medio o los senos
paranasales; y finalmente, invasión directa en circunstancias en las que se
produce una comunicación entre el líquido cefalorraquídeo (LCR) y las membranas
mucosas por ejemplo en traumatismos e intervenciones neuroquirúrgicas,
fístulas
Debido
a que los glóbulos blancos, las inmunoglobulinas y el complemento son
normalmente escasos o están ausentes en el líquido cefalorraquídeo, las
bacterias inicialmente se multiplican sin causar inflamación. Más tarde, las
bacterias liberan endotoxinas, ácido teicoico y otras sustancias que
desencadenan una respuesta inflamatoria con mediadores tales como leucocitos y
factor de necrosis tumoral (TNF).
Manifestado
por expresión verbal de dolor, dilatación pupilar y expresión facial de dolor.
Fundamentación: La meningitis bacteriana va precedida de la colonización de la
nasofaringe por las bacterias, desde donde pasan a través de la sangre o por
soluciones de continuidad al sistema nervioso central. En ese momento se
desencadena una respuesta inflamatoria mediada por citoquinas, que aumenta la
permeabilidad de la barrera hematoencefálica con lesión del endotelio capilar y
necrosis tisular, eleva la presión intracraneal y da lugar a edema cerebral,
hipoxia, isquemia y lesión de las estructuras parenquimatosas y vasculares cerebrales
lo que provoca dolor y otros signos clínicos
La
meningitis bacteriana aguda afecta también el epitelio ependimario y el líquido
cefalorraquídeo ventricular con respuesta inflamatoria
Diagnóstico
El
proceso inflamatorio de las leptomeninges,
característico de esta patología, se evidencia en el líquido cefalorraquídeo
(LCR) a través de una pleocitosis a predominio de polimorfonucleares, hiperproteinorráquia e hipoglucorráquia,
hallazgos que son claves para establecer el diagnóstico. En el curso de la
enfermedad se pueden cumplir criterios de sepsis, sepsis grave y shock séptico
que sumado a la clínica reflejan la gravedad. Asimismo, las complicaciones y la
mortalidad de los servicios de emergencia, en donde se atienden estos
pacientes, continúan siendo altos en relación con el tiempo de estancia
hospitalaria
Las
proteínas del LCR normalmente no superan los 40 mg/dl, en las infecciones
bacterianas se encuentran elevadas (>45 mg/dl). La concentración de glucosa
en LCR depende de la glucemia concomitante, normalmente corresponde cerca de
dos tercios de la concentración sanguínea, por tanto, es importante medir la
glucosa en sangre previo la punción lumbar. En la meningitis bacteriana se
produce disminución de la glucosa del LCR (< 40mg/dl), como consecuencia del
metabolismo bacteriano y es un dato típico, con una sensibilidad de 97% y
especificidad 49% para diferenciar de etiología viral. La determinación de la
concentración del lactato en LCR sirve para distinguir la infección bacteriana
de la vírica, una alta concentración de lactato en el líquido cefalorraquídeo
es sugestiva de infección bacteriana con sensibilidad de hasta 96% y
especificad de 100%; a pesar de ello, no es específica para identificar el
germen
En
cuanto a las pruebas de imagen, de inicio se realiza un TC de cráneo sin
contraste cuyos objetivos son:
·
Detectar signos
de hipertensión intracraneal que contraindiquen la punción: borramiento
generalizado de surcos, hidrocefalia, colecciones subdurales y/o descenso de
las amígdalas cerebelosas.
·
Hallazgos
sugestivos de alteración de las meninges: borramiento e hiperatenuación
de los surcos.
·
Posibles
complicaciones: hidrocefalia, lesiones isquémicas, abscesos, etc
La
muestra de líquido cefalorraquídeo para descartar estas y otras causas
El
diagnóstico definitivo de las meningitis virales se establece demostrando la
presencia del agente etiológico en el LCR. Esto no siempre es posible por
métodos directos, por lo que en ocasiones cabe recurrir a métodos indirectos
como la serología. Así, la detección de agentes etiológicos en localizaciones
diferentes al LCR (obedeciendo a su patogenia y replicación, p. ej., en
faringe, o a su eliminación a través de las heces) o la documentación de
anticuerpos mediante determinaciones serológicas, orientan hacia un diagnóstico
probable y no definitivo de este tipo de infecciones
Tabla
2: Tratamiento de meningitis aguda
|
Edad y Factor Predisponente |
Bacterias Más Frecuentes |
Antibioterapia Empírica |
|
Menores
de 1 mes |
S. agalactiae, E. coli, Listeria monocytogenes, Klebsiella pneumoniae, Proteus, Enterococcus
spp., Salmonella spp. |
Ampicilina
+ cefotaxima o ampicilina + aminoglucósido |
|
1-3
meses |
S. agalactiae, E. coli, S. pneumoniae, N. meningitidis, H.
influenzae b, Listeria monocytogenes |
Ampicilina
+ cefotaxima/ceftriaxona +/- vancomicina |
|
Mayores
de 3 meses |
S. pneumoniae, N. meningitidis, S.
agalactiae, bacilos gramnegativos |
Cefotaxima/ceftriaxona
+ vancomicina |
|
Inmunosupresión |
S. pneumoniae, H. influenzae, N. meningitidis; S. pneumoniae, L.
monocytogenes, Salmonella spp.,
Hongos; S. pneumoniae, bacilos gramnegativos
(incluido Pseudomonas aeruginosa), L. monocytogenes |
Cefotaxima/ceftriaxona
+ vancomicina; Ceftazidima + ampicilina o cefotaxima + vancomicina +
ampicilina; Considerar anfotericina B; Ceftazidima + vancomicina +/-
ampicilina o cefotaxima + vancomicina + amikacina +/- ampicilina; Cambiar C3G
por meropenem si riesgo de BLEE |
|
Infección
Nosocomial, Paciente con Antibioterapia de Amplio Espectro, Nutrición
Parenteral, Catéter Venoso Central, etc. |
S. aureus, bacilos gramnegativos, Candida
spp. |
Ceftazidima
+ vancomicina o meropenem (si riesgo de germen BLEE) + vancomicina;
Anfotericina B |
|
Neuroquirúrgicos
o Portadores de VDVP |
Trauma
Craneal con Herida Penetrante |
S. epidermidis, S. aureus, S. pneumoniae, Bacilos gramnegativos entéricos (E. Coli, Klebsiella), P. aeruginosa |
|
Fractura
en Base del Cráneo con Fístula LCR |
S. pneumoniae, H. influenzae b, S. pyogenes |
Cefotaxima/ceftriaxona
+ vancomicina |
|
Absceso
Cerebral por Foco Infeccioso Contiguo |
Flora
Mixta |
Cefotaxima
+ vancomicina + metronidazol |
Fuente:
La
tabla 2 proporciona pautas para la antibioterapia empírica en casos de
meningitis, considerando diversos factores como la edad del paciente, factores
de riesgo y condiciones médicas asociadas. En neonatos menores de un mes, se
aborda la posible presencia de Streptococcus agalactiae, Escherichia coli, Listeria monocytogenes,
entre otros, mediante la combinación de ampicilina y cefotaxima o
aminoglucósidos. En niños mayores y adultos, se adapta el tratamiento a
bacterias prevalentes como Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis, utilizando combinaciones de ampicilina,
cefotaxima, ceftriaxona y vancomicina según la situación clínica. Además, se
destacan estrategias específicas para pacientes inmunosuprimidos, casos
nosocomiales, neuroquirúrgicos y situaciones particulares como trauma craneal o
abscesos cerebrales. Estas directrices buscan abordar la diversidad de agentes
causales y optimizar la terapia empírica, considerando la variabilidad en la
susceptibilidad bacteriana y la presencia de posibles complicaciones.
En
la mayoría de los casos, no hay un tratamiento específico para la meningitis
viral. Por lo general, la mayoría de las personas que contraen meningitis viral
leve se recuperan completamente en 7 a 10 días, sin recibir tratamiento. Los
medicamentos antivirales podrían ayudar a las personas con meningitis causada
por virus como los del herpes y los de la influenza
El tratamiento de la meningitis crónica depende
de la causa subyacente. Los medicamentos antimicóticos tratan la meningitis
micótica. Una combinación de antibióticos específicos puede tratar la
meningitis tuberculosa. Sin embargo, estos medicamentos pueden tener efectos
secundarios graves, por lo que puede el tratamiento puede postergarse hasta que
se confirma mediante análisis de laboratorio que la causa es micótica
Es importante dirigir el tratamiento al contar
con los resultados microbiológicos definitivos y la sensibilidad a
antimicrobianos. La duración del tratamiento prescrito depende principalmente
del patógeno aislado. Un metanálisis de 2009 no encontró diferencia entre
esquemas cortos (4-7 días) vs largos (7-14 días) para todas las causas de
meningitis bacteriana.26 Se recomienda tratamiento durante 7 días en caso de
meningococo y H. influenzae, 10 días en neumococo, 14
a 21 días en estreptococos del grupo B y 21 días en bacilos gramnegativos y
Listeria monocytogenes
Se han evaluado pocos tratamientos adyuvantes
para la meningitis bacteriana en ECA. El paracetamol podría suponer poca o
ninguna diferencia en la mortalidad, con un alto nivel de incertidumbre en los
efectos absolutos (evidencia de certeza baja). El paracetamol podría suponer
una diferencia escasa o nula en la pérdida de audición, en las secuelas
neurológicas con excepción de la pérdida de audición y en la pérdida de
audición grave (todas las evidencias son de certeza baja). El paracetamol
podría dar lugar a ligeramente más secuelas neurológicas a corto y largo plazo,
con excepción de la pérdida de audición (ambos desenlaces con evidencia de
certeza baja)
La terapia
antibiótica empírica debe ajustarse a los patrones de resistencia a los
fármacos locales y a los subgrupos clínicos. Como se observó durante el
desarrollo de la investigación, actualmente, la mayoría de los episodios de
meningitis bacteriana ocurren en adultos y son causados por S. pneumoniae y N. meningitidis. En
tal sentido, el examen del LCR sigue siendo crucial para el diagnóstico; y es
necesario para confirmar e identificar el microorganismo causante y permitir
las pruebas de sensibilidad a los antibióticos para ayudar a racionalizar el
tratamiento. La tinción de Gram del LCR es una herramienta de diagnóstico
importante y rápida
La administración precoz de dexametasona permite
reducir el riesgo de déficit de la agudeza auditiva en los pacientes afectos de
meningitis por H. influenzae o S. pneumoniae. Está indicada en las meningitis
debidas a estos gérmenes o en caso de que el agente bacteriano sea desconocido
excepto en el recién nacido (y en la meningitis presumiblemente meningocócica
en contexto epidémico). dexametasona IV Niños > 1 mes: 0,15 mg/kg (máx. 10
mg) cada 6 horas durante 2 a 4 días. Adultos: 10 mg cada 6 horas durante 2 a 4
días. El tratamiento debe iniciarse antes o al mismo tiempo que la primera
dosis de antibiótico, si no, no aporta ningún beneficio
Lo ideal es la realización de una historia
clínica, exploración física y pruebas complementarias antes del inicio del
tratamiento, pero los casos con importante afectación neurológica o
hemodinámica requieren administración rápida de antibióticos (tras extracción
de hemocultivo) y punción lumbar tan pronto como sea posible
4.
Discusión
En términos de salud pública, la meningitis es un
desafío significativo en muchas partes del mundo. La prevención y el control de
la enfermedad son fundamentales para reducir su impacto. En este sentido, las
estrategias de vacunación son esenciales para prevenir la propagación de las
cepas más comunes de bacterias causantes de la meningitis, como Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae.
Además, es importante mejorar la conciencia pública sobre la meningitis y
sus signos de alerta, para facilitar un diagnóstico temprano y un tratamiento
adecuado. Los sistemas de vigilancia epidemiológica y la notificación oportuna
de los casos también desempeñan un papel fundamental en el monitoreo de la
incidencia y la detección de brotes.
En el ámbito clínico, es fundamental garantizar el acceso a servicios de
salud de calidad, especialmente en áreas con una alta carga de la enfermedad.
La disponibilidad de antibióticos efectivos y el uso adecuado de terapia
antimicrobiana son cruciales para el manejo de la meningitis bacteriana y la
reducción de la mortalidad y las complicaciones asociadas.
Asimismo, es necesario tener en cuenta las diferencias regionales en la
incidencia y los patrones de bacterias causantes de meningitis. Los enfoques de
prevención y tratamiento pueden variar según los contextos específicos, por lo
que es importante adaptar las estrategias a las necesidades y características
de cada región.
La presencia del agente etiológico en el LCR es importante para el
diagnóstico de la meningitis bacteriana, pero en ocasiones puede ser difícil de
detectar directamente y se pueden utilizar métodos indirectos como la
serología, sin embargo LCR sigue siendo crucial para el diagnóstico de la
meningitis bacteriana y que la tinción de Gram del LCR es una herramienta
importante y rápida para el diagnóstico,
la concentración de proteínas y glucosa en el LCR puede ser útil para
diferenciar la meningitis bacteriana de la viral. En el caso de la meningitis
bacteriana se produce cuando las bacterias colonizan la nasofaringe y luego
pasan al sistema nervioso central, lo que desencadena una respuesta
inflamatoria que causa dolor y otros signos clínicos. También destaca la
importancia de ajustar la terapia antibiótica empírica a los patrones de
resistencia a los fármacos locales y a los subgrupos clínicos, no obstante, es
ideal realizar una historia clínica, exploración física y pruebas
complementarias antes del inicio del tratamiento, pero en casos con importante
afectación neurológica o hemodinámica se requiere una administración rápida de
antibióticos y una punción lumbar tan pronto como sea posible.
5. Conclusiones
La meningitis es una enfermedad grave que requiere una
atención integral en términos de prevención, diagnóstico y tratamiento. La
colaboración entre los profesionales de la salud, las autoridades sanitarias y
la comunidad en general es esencial para hacer frente a este desafío y reducir
su impacto en la población. Los hallazgos revelaron que las bacterias más comunes causantes de
meningitis varían según la edad y el estado inmunológico del individuo. La
punción lumbar sigue siendo el método estándar para el diagnóstico, aunque se
han desarrollado paneles de PCR para una identificación más rápida y precisa de
los patógenos.
En términos de tratamiento, se destacó la importancia
de la antibioterapia empírica adaptada a factores como la edad, el estado
inmunológico y los factores de riesgo del paciente. Además, se discutió la
duración óptima del tratamiento, que varía según el patógeno causante. La
prevención juega un papel crucial en la lucha contra la meningitis, con énfasis
en estrategias de vacunación y concienciación pública. Los sistemas de
vigilancia epidemiológica son fundamentales para monitorear la incidencia y
detectar brotes de la enfermedad.
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