actualmente. Su incidencia anual es de
1,52:100.000 niños / año en menores de 16
años (26),En contraste con el síndrome
nefrótico congénito se define como una
proteinuria masiva con hipoalbuminemia
severa que conduce a una situación clínica
de edemas, ascitis e hiperlipidemia. La
aparición de un síndrome nefrótico durante
el primer año de vida es un hecho
relativamente raro. El SN constituye un
grupo heterogéneo de afecciones con
distintas etiologías, histología, evolución y
pronóstico. Desde el punto de vista
etiológico se clasifica en tres grupos:
síndrome nefrótico primario, síndrome
nefrótico secundario y asociado a
síndromes malformativos (5).
Se estiman en 1-3 por 100.000 niños, y a
nivel mundial es de 2 a 7 por cada 100.000
niños; la prevalencia acumulada es de 16
por 100.000 menores. En el síndrome
nefrótico infantil, el 90 % de los casos son
idiopáticos (SNI) y el 10 % restante es
secundario, relacionado con infecciones,
enfermedades sistémicas, tumores
malignos y otras enfermedades
glomerulares (8),
En los niños, el síndrome nefrótico
corticorresistente (SNCR), se ha asociado a
la presencia de múltiples mutaciones en
genes. La podocina y su gen asociado, el
gen NPHS2, está descrita como la causa de
la gran mayoría de los síndromes nefróticos
corticorresistentes en pediatría (8), (27), EL
80 a 90% de los niños mayores de un año
con SN responden al tratamiento con
corticoides en cuatro semanas (SN
corticosensible). La mayoría de los niños
con SN corticosensible presentan un
episodio de recaída, y hasta el 50%
presenta un SN recaedor frecuente o
corticodependiente. Las recaídas ocurren
comúnmente durante periodos de
actividad inmune incrementada, tales como
infección del tracto respiratorio superior. El
10 a 20% no responde y son clasificados
como SN corticorresistente (28).
Además de oliguria, proteinuria masiva,
hipoalbuminemia e hipercolesterolemia
también se han descrito síntomas
cardinales como son la hiperlipidemia como
mecanismos compensatorios para la
producción de lipoproteínas y para
mantener la presión oncótica (29); la tríada
comprende edema, proteinuria masiva
(>40 mg/m2/h) e hipoproteinemia
(especialmente hipoalbuminemia <2.5
mg/dL); la hiperlipidemia, especialmente
como hipercolesterolemia no es obligatoria
en diagnóstico. Puede también presentarse
con HTA, hematuria (aunque más rara) y
uremia (12), (30).
Respecto a las mutaciones del gen NPHS1
son responsables de la mayoría de los casos
de SN congénito (niños menores de 3
meses), menos frecuentemente SN infantil
(niños de 4 a 12 meses) y SNCR en mayores
de 1 año. Las mutaciones del gen NPHS2,
constituyen la causa más frecuente de
SNCR precoz autosómico recesivo y son
responsables de más del 45 % de SNCR
familiar, donde también se han descrito
mutaciones en el gen del tumor de Wilms
(WT1) y de la laminina β2 (LAMB2). En
conjunto, estas mutaciones explican el 90%
del SN congénito y más del 50 % del SN
infantil. La mutación en el gen de la
fosfolipasa PLCeC (PLCE1) es responsable
de más del 25% de SN con esclerosis
mesangial difusa aislada (EMD) y algunos
casos de GESF. Las mutaciones en ACTN4,
TRPC6, CD2AP, se describen como causa de