El balance articular promedio en el grupo A
es de 51.23 grados de flexión plantar y
12.85 grados de flexión dorsal. En el grupo
B el promedio de flexión plantar fue de
55.12 grados y de flexión dorsal de 14.89
grados. En los estudios de Díaz L (14)y Sierra
J (12), los resultaros fueron similares al
presente trabajo.
La causa más frecuente de ruptura del
tendón de Aquiles en nuestro estudio, fue
la caída del plano de sustentación con 47
casos (78.83%), seguida de caídas mayores
al plano de sustentación con 8 casos
(13.33%) y de los accidentes de tránsito con
5 casos (8.34%). En la serie de Díaz L (14), la
causa más frecuente fueron las actividades
deportivas con 32 casos (60%) por caída
desde el plano de sustentación, seguidos de
los accidentes con 19 casos (30%) por
caídas mayores al plano de sustentación.
El mecanismo lesional más frecuente fue el
traumatismo indirecto con 50 casos
(83.34%), seguido del traumatismo directo
con 10 casos (16.66%). Pastrana F (13), en
su estudio evidenció que el mecanismo de
lesión por trauma indirecto se presentó en
nueve de los casos (64.2%), el trauma
directo en cuatro (28.5%) y en uno (7.1%) se
desconocía.
En la Tesis doctoral de Díaz L (14), sobre
diagnóstico y tratamiento de la ruptura del
tendón de Aquiles, predomino la ruptura no
expuesta con 57 casos (89%), seguida de la
ruptura expuesta con 7 casos (11%). En
nuestro estudio tuvimos 50 casos (83.34%)
con ruptura cerrada y 10 casos (16.66%)
con ruptura expuesta del tendón de
Aquiles.
Las complicaciones postoperatorias fueron
26 casos (43.33%), en la siguiente
frecuencia: procesos infecciosos: 6 casos
(23.07%), dehiscencia: 5 casos (19.23%),
necrosis cutánea: 4 casos (15.38%),
disminución de la fuerza de los músculos de
la pantorrilla: 3 casos (11.56%), re-rotura,
hipotrofia muscular, dolor persistente y
trastornos sensitivos: 2 casos (1.69%) cada
uno.
En los estudios de Pastrana F (13), de los 14
pacientes estudiados, el 57.1% (ocho)
evolucionaron asintomáticos y los restantes
refirieron presentar dolor leve que no
limitaba su actividad de la vida diaria. La
rigidez del tobillo sólo se presentó en el
14.2% (dos) de los pacientes en forma
ocasional, pero no interfería con su
actividad cotidiana. La fuerza de los
músculos de la pantorrilla intervenida, fue
normal en el 71.4 % (diez) de los pacientes,
los restantes presentaron una sensación de
debilidad leve que no interfería con sus
actividades. En la serie de Villalobos F (15),
la complicación más frecuente fue la
debilidad muscular con 52.3%, seguida de
limitación funcional en 23.8% y atrofia en
un 19%, quedando en segundo plano las
complicaciones inmediatas como recidiva
de la ruptura, infección y necrosis cutánea
en un 4.7%. Díaz L (14), presentó 5 casos
(7%) de dehiscencia de suturas, 3 casos
(5%) de infección operatoria, 2 casos (3%)
de granuloma, y 1 caso (2%) de reacción al
material y re-ruptura cada uno
respectivamente.
CONCLUSIONES
La ruptura del tendón de Aquiles es una
lesión que ha aumentado su frecuencia en
el Hospital Regional IESS Teodoro
Maldonado Carbo, durante el período de 3
años desde marzo del 2011 hasta junio del
2013, debido a mejoras en la evaluación y
diagnóstico y por el aumento de la
población de afiliados que consulta a esta
institución. La población más afectada fue